¿Y si te desmarcas de las modas y empiezas a decorar tu casa con algo realmente original y único? En tresde13 nos gusta seguir nuestro camino. Si te das una vuelta por nuestra web rápidamente lo entenderás.

Pero antes una pregunta, ¿cuántas mesas de centro has visto iguales? No me refiero a la misma mesa, si no al mismo diseño o concepto. Siempre pasa, alguien tiene una idea, crea una pieza y el resto a seguir los mismos pasos. ¿El resultado? Todo el mundo con (más o menos) la misma mesa. 

No nos engañemos, una mesa cumple una función y necesita de unos elementos básicos, pero nada ni nadie nos obliga a hacer siempre lo mismo. 

Los elementos básicos son fáciles, un sobre de madera o acero más o menos plano y unas patas que lo sostengan, a partir de ahí…Puedes usar madera de pino, de nogal, de haya, o de lo que más te guste. Cada madera tiene unas características propias. Yo vivo cerca del Mar Mediterráneo, no te sorprenda que use pino, ya que es la madera que más fácilmente puedo encontrar. Desde mi jardín, al bosque que tengo en frente de casa o pasando por el patio de mi taller, el pino siempre está presente. Sus vetas son bonitas y su maleabilidad permite darle las formas que imagino.

Hace poco me pidieron que hiciera una mesa partiendo de una oblea que la clienta se encontró en un bosque del País Vasco. Ese trozo de madera de pino por sí misma no tenía “valor”. Quien estaba trabajando en el bosque la dejó ahí por no encontrarle “valor comercial”. Pero alguien decidió darle una oportunidad…y me la trajo a mí.

La madera en cuestión estaba “mal cortada”. No había ni un elemento recto en el que poder apoyarse. En un extremo el grosor no superaba los veinte milímetros y el otro medía más de cien. 

Y hasta aquí los “problemas”…ahora venía el momento de disfrutar. Decidí aprovechar las formas de la madera a mi favor y enseguida vi claro que había que “reforzar” visualmente la parte fina. Hice una especie de grapa de acero que sería un puntal de la mesa. Las patas serían de acero, eso lo tenía claro desde el principio. La madera de pino, al ser más blanda que la de roble o nogal, me permitiría trabajar más cómodamente. 

¿Y las otras dos patas? No sé por qué, pero desde el principio me imaginé esta mesa con tres patas, no con cuatro como son la mayoría. Corte tubo de veinte milímetros cuadrado, hice unas patas, se las puse a la madera…pero no me gustaba. No cuadraba con el resto. El puntal de acero seguía marcando la línea del diseño y no me dejaba avanzar. Hasta que lo vi. Tenía que seguir por el mismo camino que el puntal. Retrocedí y desmonté las patas de tubo y corté los pasamanos de acero negro que tan bien habían funcionado con el puntal.

Las tres patas iban a marcar el diseño. De triángulos hay muchos, y la mayoría usa el isósceles que da una harmonía visual al conjunto…pero no iba a ser en esta mesa. A primera vista alguien podrá decir que la mesa está “torcida”, al menos sus patas. Pero si le das una vuelta y miras desde otra perspectiva verás tres elementos. El primero la madera de pino. Salvaje, fuerte, y de color claro tratado con barniz ecológico. El segundo el puntal de acero negro con su “grapa” con dos tornillos que aporta “seguridad” al diseño. Y el tercero las otras dos patas, de acero negro que son un conjunto. Con formas triangulares acabadas en punta, con una base fina en el vértice del triángulo para apoyar suave y ligeramente en el suelo.